
Pericles durante su dominio sobre Atenas transformó la ciudad y la modernizó. Su estrategia de obviar la guerra y si se llevaba a cabo hacerlo con sigilo para perder menos vidas y recursos funcionó durante décadas.
Cuando los Espartanos desafinaron Atenas su voz (la de Pericles), que era muy respetada fue escuchada cuando dijo «No temo a las estrategias del enemigo, sino a nuestros propios errores».
Esto aplica literalmente a la política. En ocasiones ciertas cuando me ha tocado aconsejar, asesorar o dar mis ideas a aspirantes, candidatosy dirigentes políticos les digo eso mismo.
No es bueno enfocarse en qué hará el adversario, es mejor estar atento a qué hará uno mismo y si lo que uno mismo hace no tiene yerros en el camino.
Actualmente hay candidatos a la reelección en términos municipales y congresuales, así como aspirantes a esos puestos que están sumamente inmersos en cada paso de sus adversarios y no se dan cuenta que su derrota tendrá un sólo culpable: ellos mismos.
Esto se debe a que cada error, por pequeño que sea, se va acumulando hasta llegar al punto de convertirse en determinante y el día de las elecciones los ojos se abrirán y verán que todo el tiempo sus propios errores hicieron funcionar las estrategias de los adversarios.
Daygorod Fabián Sánchez