
Maribel Santos Pérez
Ingeniero Civil. Máster en PRL en las tres especialidades.
Experta en Prevención de Riesgos Laborares (PRL) en Ineco.
El avance de las tecnologías está siendo relevante en todos los ámbitos de nuestra vida, especialmente en el mundo laboral, es de los ámbitos más afectados por esta innovación tecnológica y, por lo tanto, la prevención de riesgos laborales debe adaptarse a dichos cambios.
La Organización Internacional de Trabajo (OIT), que ha creado la Comisión Mundial del futuro del trabajo.
Aspectos de los cambios producidos en el mundo laboral:
El indudable avance del teletrabajo: Esta implantación obliga a pensar en las medidas preventivas a llevar a cabo fuera del centro de trabajo habitual y más aún cuando se trata del entorno personal del trabajador.
El teletrabajo es cada vez más frecuente en las empresas por lo que se debe plantear los diferentes aspectos existentes de la gestión preventiva.
La importancia de los riesgos psicosociales: Estos son los riesgos o los factores humanos que pueden aparecer con la comentada innovación tecnológica, como, por ejemplo, la dificultad de la desconexión digital y tecnológica, el tecnoestrés o la preocupación por el envejecimiento.
La creciente digitalización: Esto añade importancia a diversos aspectos preventivos existentes que, previo a esta innovación tecnológica, podían pasar por no relevantes en la mayoría de las empresas.
La externalización de tareas con empresas de outsourcing:
Dicha externalización de tareas es cada vez más frecuente por lo que se suma algo más de dificultad a la tarea de coordinación de actividades empresariales (en vertientes jurídica y técnica).
Existen muchos aspectos más a destacar, pero si hay algo sobre lo que no caben dudas, es que habrá que revistar continuamente tanto la evaluación de riesgos de la empresa, como el plan de prevención y su planificación de la actividad preventiva.
¿Pueden ayudar las nuevas tecnologías a la salud y a la PRL?
La respuesta es sí, puesto que hay diversos aspectos existentes e identificados por expertos relativos a una mayor productividad del trabajo usando las nuevas tecnologías.
Entre estos aspectos encontramos:
Aumento de la motivación de los empleados: La participación y la formación de los trabajadores son dos aspectos básicos, por lo que las plataformas digitales son herramientas potentes para impulsar estos aspectos.
Disminución de riesgos laborales: Los riesgos a los que están expuestos los trabajadores pueden ser disminuidos con la utilización de sensores, sistemas inteligentes, drones, etc.
Es evidente la relación positiva que hay entre las nuevas tecnologías y la reducción de accidentes laborales (sobre todo si se trata de actividades con un alto grado de peligro).
Descenso del estrés y aumento de flexibilidad laboral: Con la innovación tecnológica existe la posibilidad de abarcar nuevas formas de trabajo que puedan aportar mayor flexibilidad, como, por ejemplo, el teletrabajo.
Supervisión rápida de errores: Conocemos que el uso de los teléfonos móviles, los ordenadores y las tabletas permiten expedir las observaciones de las actividades, recibir las alertas convenientes, etc.
Todo esto nos lleva a una disminución de tiempo en cuanto a la gestión de estas tareas comparado con los procesos tradicionales y a una menor probabilidad de errores.
Por otro lado, si hay algún aspecto a destacar entre los cambios del mundo laboral tal y como comentamos antes y en lo que tecnológicamente nos referimos, es el teletrabajo, que conlleva
una serie de ventajas y beneficios si sabemos gestionar dichos avances tecnológicos.
Así, el empleado puede llevar a cabo su trabajo desde cualquier lugar.
Efectos de las nuevas formas de trabajo:
Si indagamos el efecto que estas nuevas formas de trabajar tienen sobre las personas, hay que hacer hincapié en diversos puntos de la gestión preventiva a llevar a cabo:
Riesgos ocasionados por el uso de las nuevas tecnologías: El desarrollo de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) en el ámbito laboral y en todos los ámbitos de la vida de las personas, tienen diversas ventajas, pero también es necesario estar alerta ante los posibles riesgos para el bienestar físico y psicológico del trabajador puesto que pueden provocar tecnoestrés.
Estos riesgos derivados del tecnoestrés se pueden desglosar en tres:
Tecnoansiedad: El empleado es incapaz de afrontar las exigencias que conllevan el uso de estas tecnologías en el trabajo, por lo que le puede provocar tensión, malestar, pensamientos negativos, sentimiento de culpabilidad e incluso sentir rechazo o miedo a la tecnología.
Tecnofatiga: El uso contante de estas tecnologías pueden provocar agotamiento mental y fatiga.
Tecnoadicción: Es la necesidad incontrolable e impulsiva de utilizar las tecnologías constantemente y en todo momento, traspasando incluso la jornada laboral y durante grandes períodos de tiempo.
Formación del trabajador en materia preventiva: Debido a que con el teletrabajo el empleado estará trabajando él solo en el lugar de trabajo que le corresponda, es necesario que sepa a qué riesgos se puede exponer y cuáles de estos riesgos le pueden damnificar.
Riesgos psicosociales ocasionados:
Ya sabemos, tal y como hemos comentado anteriormente, que de las tecnologías de la Información
y de la Comunicación (TIC) forman parte ya del día a día tanto en la vida privada como en la pública de las personas.
En lo referente al sector laboral, todos estos cambios tecnológicos conllevan tanto problemas técnicos como problemas psicosociales, tales como el estrés, agotamiento mental, ansiedad, problemas de
sueño, cefaleas, problemas de atención y concentración, etc.
Por lo tanto, los cambios generados por la innovación tecnológica requieren de prevención y asesoramiento para reducir y/o evitar daños y consecuencias negativas no deseadas del impacto
tecnológico.
¿Pueden Ayudar las Nuevas Tecnologías a la Salud y Prevención de Riesgos Laborales?
Desde luego que la respuesta es positiva, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) asegura que en España se trabajan 1.691 horas anuales, más que en el Norte de Europa y, sin embargo, el rendimiento que se produce es mucho menor.
Con este marco, resulta oportuno aportar los aspectos identificados por los expertos de The Valley, relativos al uso de las nuevas tecnologías, para lograr una mayor productividad.
Flexibilidad laboral y reducción del estrés: Se deben explorar nuevas formas de trabajo que aporten mayor flexibilidad, como es el caso del teletrabajo, ampliamente basado en el uso de nuevas tecnologías.
Análisis de datos frente a riesgos laborales: Se debe tener en cuenta el Big Data para predecir accidentes de trabajo, aspecto ya evidenciado y comenzado a impulsar por la OIT.
La predicción del comportamiento humano, realizada de manera científica, se revela como un medio de capital importancia para reducir la siniestralidad.
Mejora de la motivación de los trabajadores: La formación y el fomento de la participación de los trabajadores es un aspecto básico. Las plataformas digitales pueden ser herramientas básicas para impulsar estos aspectos.
Supervisión rápida y efectiva de errores: El uso de tabletas y teléfonos móviles permiten remitir las observaciones, recibir alertas, etc. Todo este proceso conlleva menor probabilidad de errores y muchísimo menos tiempo de gestión en comparación con los procedimientos tradicionales.
Minimización de riesgos laborales: Los riesgos a los que se someten las personas pueden ser minimizados con el uso de drones, sensores, sistemas inteligentes, etc. Resulta evidente la relación entre el uso de nuevas tecnologías y reducción de accidentes, especialmente si se aplican a tareas con especial peligrosidad.
Simulación de tareas peligrosas y uso de maquinaria compleja: El uso de simuladores para el entrenamiento ayuda a mejorar la utilización de equipos de trabajo reduciendo la posibilidad de que ocurra un error humano.
¿Qué es la tecnología en el trabajo?
Desde que Apple anunciara a bombo y platillo el lanzamiento del primer ordenador Macintosh en 1984, el binomio tecnología y trabajo pasó a formar parte de nuestras vidas. Tanto es así que, según
recientes estudios, el 65% de los jóvenes pertenecientes a la Generación Z se dedicarán a profesiones relacionadas con la tecnología.
La tecnología y su aplicación en el mundo laboral han revolucionado la forma de trabajar como la conocemos, dando como resultado nuevos empleos y nuevas formas de gestión y organización de equipos dentro de la empresa.
El cambio en el mercado laboral ha requerido que tanto las empresas como los candidatos desarrollen nuevas competencias para adaptarse a las nuevas tecnologías.
Ventajas y desventajas de la tecnología en el trabajo Así como hay nostálgicos de la radio y el teatro que apenas usan internet o van al cine, también hay quien considera, con un punto de razón, que la tecnología ha supuesto un retroceso en algunos aspectos y que no todo son beneficios. Veamos los puntos fuertes y los débiles de los avances de la tecnología.
Ventajas de la tecnología en el trabajo:
Reduce distancias y acorta tiempos. La tecnología rompe barreras y hace el mundo más manejable e igualitario, tanto como para que se puedan crear empresas con un presupuesto tan bajo como el que se necesita para un par de ordenadores y sus programas correspondientes. Las videollamadas, sumadas a los distintos programas de gestión de tareas, permiten a muchos trabajadores moverse por el
mundo sin necesidad de un lugar físico. Lo mismo sucede con los CRM que se ejecutan a partir de tablets y que suponen un adelanto para profesionales comerciales que ven agilizada notablemente su actividad.
Aumenta la productividad. Y debería reducir el tiempo de los procesos. Ese es, al menos, el ideal de aquellos pioneros de la informática que soñaban con que las máquinas acortaran el tiempo de las tareas para poder disfrutar de más tiempo libre y libertad. Por desgracia, no siempre es así, ya que los nuevos
adelantos pueden generar nuevas cargas de trabajo, pero es innegable que la tecnología es aliada de la productividad.
Basta pensar en el modo de montar una película antes de la irrupción de los programas de edición digital como Final Cut o Adobe Premiere.
Genera nuevas profesiones y reinventa las tradicionales.
Como en el caso del editor o montador de cine, vemos que la tecnología obliga a reciclarse y adoptar nuevos modos de trabajo para lograr tus objetivos, solo que con mayor eficiencia y calidad. Respecto a los nuevos trabajos, la tecnología abre nuevos panoramas profesionales que compensan las posibles
pérdidas. Basta pensar en los trabajos que han generado las redes sociales con la figura de los Community Managers, así como los creadores de contenidos para esas redes o para las webs corporativas con sus respectivos blogs, newsletters y comunicaciones que conviene actualizar cada corto espacio de tiempo. Conceptos como youtuber o influencer no existían hace unos quince años.
Ofrece nuevos retos y fomenta la innovación. Si en el siglo XX se necesitaba todo un equipo de producción, con su financiación elevada y alcanzable para unos pocos, Isabel Coixet demostró con Spain in a Day que con unos cuantos teléfonos móviles se podía rodar una película (documental).
Ejemplo de cómo la tecnología puede simplificar procesos, abaratar costes y potenciar la creatividad.
Desventajas de la tecnología en el trabajo
Riesgo de brecha digital. Aquellos trabajadores que se hayan incorporado tarde a las nuevas tecnologías pueden tener mayores dificultades de adaptación y quedar excluidos de ciertos proyectos.
Dependencia. Como no hay horarios, ya que se borran las fronteras entre el tiempo de trabajo y el de descanso, basta un teléfono móvil para acceder al correo electrónico y, por tanto, no se desconecta nunca del todo.
Peligro de ineficiencia. O síndrome del deslumbramiento tecnológico que se traduce en una pasión hacia los nuevos dispositivos y sus funcionalidades, pero no tanto en productividad. Como la procrastinación y falta de atención que genera el trabajo con pantallas y la exposición constante a
todo tipo de estímulos ajenos a las tareas a realizar.
Aislamiento. Fuera del ámbito laboral, en Japón supuso todo un problema social la proliferación de hikikomoris, que es como se definía a aquellas personas que optaban por no salir nunca de casa y vivir conectados a internet. En nuestro entorno, y dentro del ámbito laboral, la tecnología puede traer
consigo hábitos solitarios, individuales, tanto en la presencialidad como en el teletrabajo, dificultando el trabajo en equipo y las relaciones interpersonales.
Ejemplos de tecnología en el trabajo
Las aplicaciones de nuevas tecnologías en el trabajo las vemos cada día en nuestra rutina profesional: desde los sistemas de comunicación interna a los gestores de tareas (Trello, Notion) como los sistemas de almacenamiento en la nube (Sync, Dropbox, Google Drive) o los programas de videollamadas (Zoom, Skype, Slack, Whereby).
No sólo han evolucionado los dispositivos que usamos, desde los ordenadores portátiles o de sobremesa, sino también el software que emplean distintos profesionales. Arquitectos, diseñadores, editores, ingenieros, redactores o publicistas no podrían desarrollar su trabajo sin apoyo de la tecnología. Ni tampoco otras profesiones como los odontólogos o los ilustradores, por poner dos ejemplos de
campos distintos. Los primeros trabajan con herramientas muy sofisticadas que aportan información precisa sobre tratamientos e historial médico y los segundos utilizan programas de ilustración
con los que logran resultados nunca vistos. Por otro lado, se abre un nuevo horizonte tecnológico, la llamada industria 4.0, en la que se incluyen el Big Data, el Cloud Computing,
Internet de las Cosas o el Metaverso, generarán nuevas transformaciones que afectarán notablemente al trabajo.
Y tú, ¿cómo crees que influye la tecnología en el trabajo?
Potencia tu desarrollo profesional con las herramientas digitales de Randstad Impulsa.
Así, la tarea de la prevención de riesgos es una de nunca acabar, pues por más que una Los riesgos laborales son cambiantes, evolucionan. Algunos son mitigados o controlados eficazmente y al mismo tiempo van apareciendo otros nuevos, a veces sin darnos cuenta, como los crecientes riesgos psicosociales, propios de la etapa de desarrollo de nuestro país.
Por ello, es vital situar a la innovación como uno de los fundamentos de la prevención de riesgos en las empresas. No basta sólo con cumplir la letra de la ley, sobre todo cuando las regulaciones y normativas suelen aparecer después que un problema ya existe y rara vez antes.
Es decir, los empleadores, que por ley son los primeros responsables de la seguridad y salud de sus trabajadores, deben anticiparse a la legislación y buscar siempre nuevas maneras para conservar, mantener o implementar una cultura preventiva, con una visión de futuro. Si esto no se establece como política, probablemente y más temprano que tarde, habrá consecuencias.
Negativas consecuencias, por cierto.
En primer término, invertir en prevención es siempre buen negocio, pues en ambientes sanos y seguros, la productividad y los resultados financieros se potencian, trayendo un mayor retorno en inversión. Pero más allá de eso, los cambios sistémicos y en cómo las personas se relacionan, no requieren grandes desembolsos económicos.
Por ejemplo, conocer a cada trabajador y monitorear sus problemas psicosociales ya es una apuesta innovadora. Al final, el principal activo de las empresas son las personas y es preciso tener una
operación continua a través de ellos, pues son los trabajadores los que tienen que hacer los cambios. Si no están motivados a hacerlos, todo esfuerzo termina siendo estéril.
En las Pymes, que históricamente tienen una tasa de accidentabilidad superior a la media y que por su naturaleza operan con procesos cortoplacistas y tienen flujos de caja más acotados, les cuesta un poco más dar el paso hacia la innovación en seguridad y salud en el trabajo. Pero, sólo como ejemplo, existen
posibilidades de innovación tecnológica, literalmente, al alcance de la mano: ya se han desarrollado un sinfín de aplicaciones para las tablets y smartphones, como medidores de ruido, luxómetros o incluso herramientas que analizan los riesgos de una postura forzada o mantenida.
Las posibilidades y maneras de innovar tienden al infinito. Cada empresa tiene sus características propias, dependiendo, entre otros aspectos, de su tamaño, ubicación geográfica o sector económico y por ello cada una tiene sus riesgos particulares, y por eso aplicar los mismos métodos de gestión de riesgos en todas no es lo más razonable.
Lo que hará la diferencia y lo que le dará una ventaja competitiva a la empresa es establecer que la salud es un valor importante y un objetivo para la empresa, en la cual se fomente la retroalimentación y el diálogo con los trabajadores. Sin esto en mente, la cultura preventiva a la cual aspiramos será imposible de alcanzar.
Fuentes consultadas:
https://www.ilo.org/global/lang–es/index.htm
https://www.eleconomista.es/tecnologia/noticias/8324182/04/17/Seis-beneficios-de-las-nuevas-tecnologias-para-la-salud-y- prevencion-de-riesgos-laborales.html
BTCCES – Riesgos laborales de las nuevas tecnologías: el tecnoestrés
Teletrabajo: mayor productividad ¿e innovación? – Think Big Empresas (blogthinkbig.com)
¿Influyen los cambios tecnológicos en la prevención de riesgos laborales? Algunas implicaciones jurídicas – LegalToday
31-innovacion-tecnologica-en-seguridad-y-salud-en-el- trabajo.pdf (eumed.net)
http://www.want.uji.es/wp- content/uploads/2017/03/2007_Salanova.pdf