Dos ataques a torres de alta tensión en las regiones de Valparaíso y del Bío Bío y otro a una línea férrea en Itata (Ñuble) son las acciones que reivindica el Movimiento 18 de octubre contra estos símbolos del capitalismo, de acuerdo a un comunicado enviado a la sala de redacción de la publicación de izquierda “El Porteño”, con sede en Valparaíso.
“Como Movimiento 18 de Octubre nos hacemos responsables de los tres ataques con explosivos a infraestructura capitalista, sabotajes efectuados en Valparaíso por el Comando Mauricio Arenas Bejas, en Bío Bío por el Comando Lafkenche Pilmaiquen y en Ñuble por el Comando Luisa Toledo”, asegura la comunicación que se reproduce de forma íntegra a continuación:
Manifiesto del Movimiento 18 de Octubre
Al pueblo de Chile.
Como primer punto, como Movimiento 18 de Octubre nos hacemos responsables de los tres ataques con explosivos a infraestructura capitalista, sabotajes efectuados en Valparaíso por el Comando Mauricio Arenas Bejas, en Bío Bío por el Comando Lafkenche Pilmaiquen y en Ñuble por el Comando Luisa Toledo. Las razones, las explicamos a continuación.
Se avecina en Chile un periodo oscuro, marcado por un fascismo incipiente penetrándose en las masas, que hoy tiene posicionado a una derecha conservadora y retrógrada al mando de la redacción de la nueva constitución, que regirá los destinos del país por las próximas décadas o que, en su defecto, perpetuará la constitución emanada en dictadura. Pero cómo llegamos a este escenario, en menos de cuatro años del inicio de la Revuelta popular que desnudó los abusos estructurales de este estado capitalista, que movilizó a millones en rechazo a las AFP, a la mercantilización de la salud y la educación, el resguardo del agua para la vida humana, la protección del medio ambiente y el rechazo al trabajo precarizado?. Todo parece estar muy bien elaborado.
Desde la firma del acuerdo por la Paz el 15 de noviembre de 2019, cuando el gobierno criminal de Sebastián Piñera estaba por las cuerdas, apareció el salvador que hoy es el encargado del orden y de perpetuar los abusos sistemáticos del sistema capitalista. Con Boric, la derecha y la clase política en su conjunto planificaron su agenda para el periodo actual, entendiendo que un rostro joven heredero del movimiento estudiantil podría calmar las aguas de estadillo, con el agregado de la promesa constituyente que cambiaría las bases de la institucionalidad y haría eco de las demandas populares.
La ilusión jurídica de la nueva constitución, sumado a la pandemia, desmovilizaron al pueblo que hoy observa como todo cambiará para que nada cambie. El fracaso de la primera convención, exclusividad absoluta de este gobierno títere y el partido comunista, dio paso la ofensiva conservadora muy bien diseñada por la oligarquía, la clase política y los medios de comunicación, que instaló su agenda de seguridad frente a un gobierno insulso, que sin tener ninguna capacidad de reacción, ha observado como la derecha se posiciona ganando terreno en las masas más desposeídas, disponiendo a su antojo del nuevo consejo constitucional, en donde se reacomodará el modelo neoliberal para los próximos 50 años bajo un fuerte orden portaliano que asegure la estabilidad que las empresas necesitan para seguir saqueando el país a su antojo. Tal como la oligarquía lo hizo en Lirquén en 1833, Alessandri el 1925 y la dictadura en 1980. El diseñó se repite.
Así se explica la promulgación de la ley Nain-Retamal que hoy da impunidad retroactiva a los policiales criminales que violaron los derechos humanos durante la Revuelta y que hoy se fortalecen como el brazo armado de la clase política y el modelo económico frente a cualquier nuevo estadillo o movilización por demandas populares. El mejor ejemplo de lo anterior, es el violento desalojo de la toma Marrichiwew en Viña del Mar, en donde se despojó a numerosas familias de su derecho a la vivienda.
Todo este entramado jurídico-político busca, sin duda, consolidar el nuevo proceso de acumulación capitalista por desposesión, donde la tierra y el agua han pasado a convertirse en las nuevas mercancías en desmedro de los pueblos bajo pretexto de crecimiento económico. Y aquí nuevamente el gobierno, que dice ser de izquierda, a puesto su timbre con las aprobaciones del TPP11, con la ampliación de la minera Los Bronces , la contaminación del cordón industrial Quintero-Puchuncavi y su omisión grosera frente al desastre ecológico que la industria forestal ha generado en el Wallmapu.
Es aquí donde se reivindican los sabotajes a una torre de alta tensión en Valparaíso por el Comando Mauricio Arenas Bejas y por el Comando Luisa Toledo a la línea férrea en el Itata, por donde circulan sólo materias primas de la planta de la Celulosa Nueva Aldea de la empresa Arauco, del grupo Angelini. Por estas vías no se moviliza el pueblo ni la ciudadanía, sólo los eucaliptos de esta empresa forestal que tanto daño han ocasionado al ecosistema, al río Itata y comunidades rurales aledañadas.
El nuevo orden diseñado desde la clase política y el empresariado busca también aniquilar la digna resistencia mapuche que día a día hace frente a las empresas forestales y latifundistas usurpadores de su territorio histórico. En las últimas semanas hemos visto como el gobierno en conjunto con la derecha han orquestado un montaje para castigar a los presos políticos mapuche de la cárcel de Angol, dispersándolos a distintas cárceles, alejándolos de sus comunidades y familia. Entendemos que la resistencia mapuche molesta de sobremanera a los capitalistas que tienen sus intereses en el territorio mapuche y es por ello que necesitan golpear sus moral al punto de subordinarlos. Pero sabemos, también, que no lo lograrán a pesar del estado de excepción, la militarización sin precedentes y la agenda legislativa de la clase política que aprobó la ley contra el robo de madera y que próximamente promulgará la ley de usurpaciones que buscan proteger la propiedad privada de los usurpadores. Frente a este escenario, vaya nuestro saludo fraterno al pueblo nación mapuche, a sus prisioneros políticos en huelga de hambre y comunidades en resistencia, y cuenten con nosotros para futuras conspiraciones.
En este contexto es que el Comando Lafkenche Pilmaiken atacó una torre de alta tensión en Los Álamos, comuna donde se ubican las bases de Fuerzas Especiales de Carabineros y la Armada, centro elaborador de las políticas represivas en el territorio. Con esta acción además, exigimos el retorno inmediato hacia Angol de los prisioneros políticos mapuche dispersados a Rancagua, Concepción y Puerto Montt.
A 50 años del Golpe de Estado, dejamos en claro que no hay lugar para titubeos. La derecha, Boric y su ignominia pretender cerrar este capítulo bajo excusa de unidad nacional. Les recordamos que la sangre de nuestros héroes no se transa y que mientras no sepamos dónde está el último detenido desaparecido no habrá perdón ni olvido. A los criminales del pueblo que siguen sueltos, no se duerman. A los fascistas Alexis López, Pancho Malo, APRA, republicanos todos, y la clase política capitalista, tengan claro que son nuestros enemigos de clase y que el chancho no está tirado.
El llamamiento es al pueblo de Chile. A abrir los ojos frente a este nuevo escenario que se avecina. A volver a organizarse en las poblaciones, en las coordinadoras medioambientales, en los sindicatos, en las federaciones estudiantiles y en la academia. A volver a disputar los principios que hicieron estallar la rabia aquel 18 de octubre. A matar las AFP. A matar la salud y la educación de mercado. A defender el agua. A defender la vida. A recuperar Chile para el pueblo.
Libertad a todos los presos políticos de la revuelta, mapuche, anarquistas y subversivos.
Un nuevo fantasma recorre Chile
Movimiento 18 de Octubre
Fuente El Porteño