
El primer bochorno de los Juegos Olímpicos de París tuvo lugar durante el Argentina-Marruecos de fútbol masculino (2-1). El conjunto sudamericano empató el partido en el Stade Geoffroy-Guichard de Saint-Étienne tras ir dos goles por debajo en el minuto 105 de encuentro. El partido, que ya tuvo que ser detenido por diversas invasiones de campo por parte de seguidores marroquís, vivió un auténtico caos en el tramo final.
Algunos aficionados lanzaron botellas y petardos al banquillo de Argentina, que celebró el empate efusivamente después de que el colegiado añadiese hasta 15 minutos en el tramo final. Javier Mascherano, seleccionador argentino, mandó a todos sus jugadores corriendo a los vestuarios. El partido, con 2-2 en el marcador, aún no había terminado y no se sabía si se iba a continuar o no.
Una hora después del empate, todavía no se había dado por finalizado el enfrentamiento mientras el estadio se iba vaciando después de que un anuncio proyectado en las pantallas del estadio comunicara que los espectadores debían abandonar el recinto.
Asimismo, L’Équipe afirmó que el árbitro Glenn Nyberg tenía que esperar a validar el gol por un posible fuera de juego. Dos horas después, TYC anunció que se anulaba el 2-2 de Argentina. El VAR dictaminó fuera de juego de Amione en la jugada del gol de Medina.
Los jugadores de ambos conjuntos salieron a calentar al terreno de juego para disputar los últimos minutos de un partido que debería haber acabado hace dos horas.
Fuente EL CONFIDENCIAL