Por Felipe Castro
(Los conceptos emitidos en este artículo son de la exclusiva responsabilidad del autor)
En la Sociedad de hoy, se vislumbra tímidamente una marcada regresión de valores, pero desgraciadamente en la política, que es la que hace posible la administración de la sociedad, existe la ausencia de asumir con responsabilidad la deontología política como marco de la dirección de un Estado democráticamente fuerte que perpetúe el bienestar democrático y social hacia las futuras generaciones.
En el pasado proceso electoral fue conspicua la pasarela transfuguística, como en los mejores eventos de belleza de políticos de la oposición haciendo exhibicionismo de indignidad por las alfombras rojas del Palacio Nacional, lo que provocó el traslado del muro de las lamentaciones de Jerusalén al estadio mediático de esta Nación para el acomodo de los lamentos de la oposición, cuyo deleznable acto más que entristecer al colectivo lo lleno de gozo, en virtud de que esa practica fue institucionalizada en la era de gobierno de esos lloricones con el propósito de perpetuarse en el poder, es decir que les dieron caldo de su propia sopa.
Sin embargo, se puede presumir que las lagrimas derramadas no de cocodrilo, ni debajo de las lluvias, por la oposición responsable de la instauración de ese siniestro sistema, no fue simplemente por las pasadas elecciones, sino por las que vendrán, ya que dicho sistema esta diseñado para que el que esta en el poder difícilmente sea derrotado democráticamente. Por eso fue la ruptura de Danilo Medina y Leonel Fernández, que por sus ambiciones desmedidas se desesperaron rompiendo la unidad que lo mantenía en el poder y consecuentemente fueron derrotados.
Si los lideres del partido Revolucionario Moderno (PRM) no se pone los sombreros de Leonel y Danilo y se ponen en fila india para gobernar habrá PRM en el poder para rato luz (por muchos años).
Institucionalizar la compra de voluntades y el transfuguismo como medio de perpetuarse en el poder, no es lo peor en nuestro argot político. Lo trascedente es la generalización del pragmatismo político y la falta de dignidad de un gran segmento de la dirigencia media y baja específicamente dentro de la dirigencia del partido revolucionario moderno, los cuales carecen de consistencia de principio que siempre están mas cerca de lo que huele a poder o dinero que al líder que su legado es graduarse en coger PALO por el solo hecho de luchar por la institucionalidad y por el cambio verdaderamente revolucionario en el plano democrático.
Quien escribe estas líneas fue testigo de excepción junto a mi hermano y amigo Ramón Valdez, (quien no tiene nada que ver en las opiniones que aquí vierto) de como los mas autonombrados fieles y leales al mas aventajado seguidor de los postulados del líder histórico del PRM, José Francisco Peña Gómez, que compitió por la candidatura presidencial el día primero del mes de octubre del año 2023, unos por ser empleados del gobierno otros por simples expectativas de ser nombrados en el gobierno echaron esas lealtades y fidelidades a la LETRINA, desapareciendo como por arte de magia del entorno del líder, y hoy al ver a ese gran líder reivindicarse con el presidente Luis Abinader y hacerse responsable del Cibao Central han sacando a codazos limpio a los coordinadores del líder del proceso del primero de octubre pasado, quienes contra todo tipo de bulín y adversidades hicieron posible que se marcara en la pizarra presidencial del estadio electoral, el 6 por ciento de calidad que el líder obtuvo el primero de octubre del año 2023.
Casi siempre el oportunismo le gana la batalla a la lealtad, a la fidelidad y a la meritocracia, porque el oportunista conociendo o sin conocer el legado del genio tenebroso José Fuche; por su intuición, por sobrevivencia o por escalamiento social asume como estrategia en su vida política; el lambonismo, la intriga y la mentira para desplazar la meritocracia y la lealtad.
Es una desgracia, la fatalidad de que el adverbio Bíblico San Mateo 20:16, solo se aplica en la política cuando se llega al poder que dice: que los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros.
Quiero subrayar que para alcázar la meta presidencial, son indispensables todas las sumas, que es la ecuación para formar mayoría, por lo cual son necesarios, tanto los últimos como los primeros, los leales y los desleales, los que tienen principios y los pragmáticos, para esa mayoría es necesaria inclusive hasta la presencia de Cometas, que solo se acercan al líder cuando hay posibilidad de zafra.
Escribo estas líneas, a modo de reflexión, sin el animo de excluir, ni mucho menos ofender a los techados de sensibilidades, lo escribo con el propósito de educar en base a abrazar la deontología política, afín de sintonizar con los postulados de principios de los lideres que han decidido seguir.