La Fórmula 1 y las divisiones menores están en la “pole position” del crecimiento de las carreras de autos
El valor global del mercado de las carreras de automovilismo, que abarca una amplia gama de categorías y eventos, se estima en más de US$700,000 millones, según un informe de Deloitte. Este valor refleja no solo los ingresos generados por derechos de transmisión, patrocinios, merchandising y ventas de entradas, sino también el impacto del deporte en diversas áreas.
El automovilismo, con su capacidad para atraer audiencias globales y movilizar inversiones, es un sector clave en el entretenimiento y la tecnología. Las máximas categorías reguladas por la Federación Internacional del Automóvil (FIA) han servido como propulsoras para la expansión de este fenómeno.
La Fórmula 1, reconocida como la cima del automovilismo mundial, es solo la punta del iceberg en un ecosistema estructurado que abarca múltiples categorías. Desde las series de iniciación hasta las plataformas de desarrollo, cada una tiene un rol en la formación de pilotos, el desarrollo de tecnologías de vanguardia y la creación de una economía global alrededor de este deporte. Este ecosistema no solo nutre a los futuros campeones de la F1, sino que impulsa la innovación y el crecimiento en la industria del automovilismo.
La Fórmula 2 (F2) es considerada como la antesala directa a la Fórmula 1. Desde su rebranding en 2017, cuando reemplazó a la GP2 Series, se convirtió en un pilar para los pilotos que buscan un lugar en la élite del automovilismo. La F2 utiliza monoplazas con especificaciones técnicas idénticas para todos los equipos, lo que garantiza que las habilidades de los pilotos sean el factor determinante en las competiciones. Según un estudio de Motorsport Statistics, el 62% de los pilotos que han ascendido a la F1 en la última década provienen de la F2.
Esta categoría comparte gran parte de su calendario con la Fórmula 1, lo que permite a los pilotos competir en los mismos circuitos y bajo iguales condiciones. Esto no solo les proporciona experiencia, sino que les coloca bajo la mirada de los equipos de F1 y los patrocinadores globales, que buscan nuevos talentos.
Pirelli, el proveedor oficial de neumáticos de la F2, también suministra a la F1, lo que permite a los pilotos familiarizarse con los compuestos y estrategias que usarán en la máxima categoría. Las categorías de soporte y desarrollo, como la F2, generan ingresos a través de patrocinios y derechos de transmisión. Un estudio de PwC estima que estas categorías representan entre 15% y 20% de los ingresos globales del automovilismo.
Asimismo, está la Fórmula 3 (F3), que se sitúa un escalón por debajo de la F2, pero que juega un papel fundamental en la formación de jóvenes pilotos. Esta categoría, sigue gran parte del calendario de la Fórmula 1, es conocida por ser un terreno fértil para el talento emergente. En la F3, los pilotos compiten en monoplazas idénticas, lo que fomenta una competencia cerrada y exige un alto nivel de habilidad y consistencia.
La F3 históricamente es el primer paso en la carrera de muchos pilotos que posteriormente alcanzan la Fórmula 1. FIA Formula 3 señaló que esta categoría es donde los pilotos comienzan a adquirir la experiencia necesaria para manejar la presión de las competiciones internacionales y desarrollar habilidades técnicas para su carrera. Además, la F3 sirve como un escaparate para los equipos de F1, que suelen reclutar a los pilotos más prometedores para sus programas de jóvenes pilotos. En un esfuerzo por promover la diversidad y la inclusión en el automovilismo, la Fórmula 1 lanzó en 2023 la Fórmula 1 Academy, una categoría dedicada al desarrollo de talento femenino.
Esta serie fue diseñada para proporcionar a las mujeres un entorno competitivo donde puedan perfeccionar sus habilidades y prepararse para los niveles más altos del deporte. Desde su creación, es vista como una plataforma para fomentar la igualdad de oportunidades en un deporte que ha sido históricamente dominado por hombres.
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La F1 Academy es un referente para otras competiciones que buscan fomentar la inclusión y la diversidad en el deporte, según datos de la Fórmula 1. Según un estudio de Nielsen, el patrocinio relacionado con la diversidad en el deporte ha aumentado un 30% en los últimos años.
Otra categoría es la Fórmula E, que, aunque es independiente, está cada vez más entrelazada con la Fórmula 1 en términos de tecnología e innovación. Fundada en 2014, la Fórmula E es un campeonato de monoplazas eléctricos que sirve como campo de pruebas para tecnologías sostenibles que podrían ser adoptadas por la Fórmula 1 en el futuro. Racecar Engineering destaca que varios fabricantes de automóviles involucrados en la Fórmula E tienen presencia en la F1, lo que facilita la transferencia de tecnologías entre ambas categorías.
La Fórmula E atrae inversiones de fabricantes y empresas tecnológicas, que superan los US$1.5 millones desde su creación. Estas inversiones han acelerado el desarrollo de tecnologías de propulsión eléctrica que podrían desempeñar un papel en la evolución de la F1 hacia un futuro más ecológico. La FIA anunció que para 2026, la F1 adoptará motores híbridos más eficientes, un cambio impulsado en parte por los avances realizados en la Fórmula E.
Otra divisiones que compiten
Además de las series internacionales, existen numerosas categorías regionales y de desarrollo que son esenciales para el crecimiento del automovilismo. Estas incluyen la Fórmula Regional Europea, la Fórmula 4 y otras series continentales que forman la pirámide del automovilismo. Estas competiciones son cruciales para el desarrollo temprano de los pilotos, ofreciéndoles un camino estructurado desde las carreras de karting hasta los monoplazas de alta competencia.
En regiones donde la Fórmula 1 aún no tiene una presencia, estas series sirven como puerta al deporte, ayudan a atraer nuevos fanáticos y participantes.
FIA Motorsport Games subrayó que estas competiciones fomentan el talento local y construyen una base sólida de seguidores.
Según un informe de PricewaterhouseCoopers (PwC), las categorías de soporte y desarrollo generan ingresos sustanciales a través de patrocinios, derechos de transmisión y eventos, contribuyendo así a la sostenibilidad del deporte en su conjunto.
fuente: El dinero