
El presidente ruso ha dejado entreabierta la posibilidad de una tregua inicial de 30 días, pero supeditada a sus propias condiciones
Vladímir Putin ha abierto la puerta a aceptar un cese de las hostilidades en Ucrania, aunque lo ha supeditado a la consecución de una «paz duradera» que permita «eliminar los motivos originarios de la crisis». Ha sido durante una rueda de prensa en el Kremlin junto al líder bielorruso, Alexandr Lukashenko, en la que el presidente ruso respondió a la propuesta de una tregua de 30 días impulsada por Estados Unidos, que ya cuenta con el visto bueno de Kiev.
Sin embargo, Moscú, que en los últimos días ha intensificado su ofensiva para expulsar a las tropas ucranianas de la región de Kursk, no parece dispuesta a facilitar el camino hacia la paz. Según han recogido las agencias de noticias, Putin señaló que, aunque «la idea es buena (…), hay cuestiones que tenemos que discutir«. Además, insinuó la posibilidad de participar en una llamada telefónica con Donald Trump para abordar estos temas y «terminar este conflicto por medios pacíficos», al tiempo que acusó a Ucrania de querer aprovechar la tregua para rearmarse y reagruparse.
Poco después, Volodímir Zelenski reaccionó a las declaraciones del líder ruso, calificándolas de «muy predecibles y manipuladoras». El presidente ucraniano insistió en que Putin «teme decirle directamente al presidente Trump que quiere continuar esta guerra«.
¿Qué exige Moscú?
El cruce de acusaciones entre ambos líderes siembra dudas sobre la viabilidad de la tregua y el posible fin de las hostilidades. Por ahora, la pelota sigue en el tejado de Rusia, que presentará sus condiciones, muchas de las cuales ya ha dejado entrever y que han sido recogidas por The Washington Post.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, verbalizó este jueves algunas de sus exigencias territoriales, insistiendo en que ciertas regiones ocupadas «son parte de Rusia» y están «inscritas en la Constitución». Se trata de Crimea, Sebastopol, Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Luhansk, territorios situados principalmente en el este y sur de Ucrania, que en conjunto representan aproximadamente el 18% del país.
Otra de las condiciones expresadas por Moscú es el veto a la adhesión de Ucrania a la OTAN. Como recuerda The Washington Post, Putin utilizó este argumento como una de las razones para justificar la invasión. La entrada de Ucrania en la Alianza Atlántica supondría una amenaza para Moscú, ya que la organización cuenta con una cláusula de defensa mutua y permitiría el despliegue de armamento occidental en territorio ucraniano.
Putin busca liberarse de las sanciones occidentales
El Kremlin también rechaza la presencia de tropas extranjeras en Ucrania, lo que incluiría el despliegue de fuerzas de paz, una propuesta defendida por varias potencias europeas, entre las que figura Francia, como medida para garantizar la seguridad en la región.
Otro punto clave en las negociaciones es la posible eliminación de las sanciones impuestas por Estados Unidos y otros países tras la invasión. Este tema ya fue abordado en el encuentro entre las delegaciones de Washington y Moscú en Riad hace unas semanas. Más allá de sus implicaciones diplomáticas, el levantamiento de sanciones supondría el alivio de las restricciones en pagos, transacciones y la venta de gas y petróleo, sectores clave para la economía rusa.
Fuente: La Razón