
Región de mayoría musulmana, ambos países se la disputan desde el final del Imperio británico en 1947
Cuando el Imperio británico llegó a su fin comenzó a despedazarse y de aquel proceso aún sangran varias heridas. Es el caso del conflicto entre India y Pakistán. Porque este enfrentamiento que ahora vuelve a ser actualidad —por el ataque indio de este miércoles contra presuntas bases terroristas en suelo pakistaní— tiene su origen en la independencia de ambos países en 1947.
India y Pakistán se encuentran entre los 10 más poblados del mundo, y entre ambos suman casi 1.600 millones de habitantes. Su disputa está centrada en Cachemira. Actualmente, casi toda la región es parte de la India, pero los pakistaníes la reclaman como suya, argumentando que la población es musulmana en su mayoría. El conflicto ha desencadenado cuatro guerras entre ambos países (en la última estuvieron cerca de la confrontación nuclear).

La región en disputa se ubica al extremo noroeste del subcontinente indio. Históricamente, se refiere al valle de Cachemira, ubicado al sur de la parte más occidental de la cordillera de los Himalayas, junto a las zonas aledañas que han formado parte de su proceso histórico.
El peso de la religión al partir el Imperio
India y Pakistán fueron colonias del Reino Unido. Al acabar la Segunda Guerra Mundial, Londres reconoció su independencia. En realidad, los británicos tenían un todo y ese todo hubo que partirlo. Fue la Partición de la India, que se produjo en 1947.
Cuando India se independizó, sus territorios de población mayoritariamente musulmana se segregaron a su vez para constituir el Estado de Pakistán. Pero casi un tercio de la población musulmana de la India permaneció en la nueva India. Esa excepción fue el principado de Cachemira (con un 76% de musulmanes y un 20,5% de hindúes).

En 1947, para afrontar una rebelión interna, el maharajá Hari Singh (hindú) pidió ayuda a India, que accedió a ello a condición de que el territorio pasara a formar parte de su jurisdicción. Desde entonces, Cachemira forma parte del Estado indio de Jammu y Cachemira, junto con las regiones de Jammu y Ladakh.
A partir de aquella separación en dos estados, la herida de Cachemira no ha dejado de sangrar. Desde entonces, la violencia entre hindúes, sijs y musulmanes ha causado entre 200.000 y 2 millones de víctimas y ha dejado unos 14 millones de desplazados.
India reclama todo el antiguo estado principesco Dogra de Jammu y Cachemira y actualmente administra aproximadamente la mitad de la región, incluyendo la mayor parte de Jammu, Cachemira, Ladakh y el Glaciar de Siachen. En la disputa, Pakistán que controla un tercio de Cachemira, la mayor parte de Cachemira Azad y las zonas del norte de Gilgit y Baltistan. Por si fuera poco, luego está la parte bajo control chino (Aksai Chin), pero ese es otro conflicto (sí, India también está enfrentada a China).

La postura oficial de la India es que Cachemira es una «parte integrante» de la India, mientras que la de Pakistán es que Cachemira es un territorio en disputa cuyo estatus definitivo solo puede ser determinado por el pueblo de Cachemira.
Hasta cuatro guerras
Los dos países han luchado en cuatro guerras por el territorio de Cachemira: en 1947, 1965, 1971 y 1999. También han participado en varias escaramuzas sobre el glaciar de Siachen. El Gobierno indio acusa al paquistaní de estar apoyando a los separatistas de Cachemira.

La segunda guerra indo-paquistaní tuvo lugar entre agosto de 1965 y septiembre de 1965. Comenzó tras la fallida Operación Gibraltar de Pakistán, diseñada para precipitar una insurgencia contra el gobierno indio. La guerra fue el mayor enfrentamiento de vehículos blindados y la mayor batalla de tanques desde la Segunda Guerra Mundial. Las hostilidades terminaron después de que se declarara un alto el fuego a través de la Resolución 211 del Consejo de Seguridad de la ONU, tras una intervención diplomática de la Unión Soviética y Estados Unidos.
La de 1971 tuvo lugar durante la Guerra de Liberación de Bangladesh en Pakistán Oriental, desde el 3 de diciembre de 1971 hasta la capitulación paquistaní trece días después. Islamabad hizo ataques aéreos preventivos contra ocho bases aéreas indias. La India declaró la guerra a Pakistán y entró en la guerra por la independencia de Pakistán Oriental, del lado de las fuerzas nacionalistas bengalíes. El Ejército indio obtuvo una clara y rápida ventaja, y Pakistán se rindió.

La cuarta guerra indo-paquistaní fue la de Kargil, entre el 3 de mayo y el 26 de julio de 1999. La causa de la guerra fue la infiltración de soldados pakistaníes y militantes de Cachemira en el lado indio de la Línea de control, que sirve de frontera. Pakistán culpó a los independentistas de Cachemira, pero en realidad les apoyaba con fuerzas paramilitares. India volvió a ganar.
Cuando la guerra pudo haber sido nuclear
Antes de esta última guerra, en 1998, el enfrentamiento había tomado derroteros cuasi nucleares. Pakistán hizo el 28 de mayo de 1998 en Ras Koh Hills, provincia de Baluchistán, cinco pruebas nucleares subterráneas simultáneas. Se llamó Chagai-I y fue la primera prueba pública de armas nucleares de Pakistán.
El segundo ensayo nuclear, Chagai-II, tuvo lugar el 30 de mayo de 1998. Se convirtió en el séptimo país en probar públicamente armas nucleares. Para uno y otro fue clave el suministro por parte de China de un reactor nuclear en 1993 y de la tecnología nuclear necesaria.
En realidad era la respuesta paquistaní a la segunda prueba nuclear de India, Pokhran-II, llevada a cabo los días 11 y 13 de mayo de 1998. Los ejercicios nucleares de ambos países dieron lugar a la Resolución 1172 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y a sanciones económicas para ambos de varias grandes potencias, especialmente Estados Unidos y Japón.
La frontera de facto entre India y Pakistán
La Línea de Control es la expresión utilizada para referirse a la frontera militar establecida entre la India y Pakistán en el territorio del antiguo estado principesco de Jammu y Cachemira. Esta frontera carece de reconocimiento internacional. La parte del antiguo estado principesco que está bajo control indio forma el territorio de Jammu y Cachemira, en tanto las regiones controladas por Pakistán se reparten entre las provincias de Gilgit-Baltistán y Azad Cachemira.
Los ataques de India, la nueva norma
La herida ha causado miles de muertos. Los últimos cadáveres son del pasado 22 de abril. En la localidad de Pahalgam, militantes del Frente de Resistencia abrieron fuego contra un grupo de turistas en el valle de Baisaran, matando al menos a 26 personas e hiriendo a más de 20.

En represalia, este miércoles, India lanzó una ofensiva aérea contra presuntas bases terroristas en territorio paquistaní. El Gobierno indio ha calificado la operación de «respuesta contenida y precisa», mientras que Pakistán denuncia una agresión flagrante con víctimas civiles.
Antes, en 2016, tras la muerte de 19 soldados indios en Uri, India lanzó ataques a través de la Línea de Control dirigidos contra bases militantes. En 2019, el bombardeo de Pulwama, que causó la muerte de 40 paramilitares indios, provocó ataques aéreos en las profundidades de Balakot, dentro de Pakistán. Fue la primera acción de este tipo en el interior de ese país desde 1971. Y antes de eso, hay que recordar los atentados de Bombay de 2008, que se cobraron 166 vidas.
En cada ocasión, India ha responsabilizado de los ataques a grupos militantes con base en suelo pakistán, acusando a Islamabad de apoyarlos tácitamente, una acusación que Pakistán ha negado sistemáticamente. Desde 2016, el umbral de la escalada ha cambiado drásticamente, asegura BBC News. Los ataques transfronterizos y aéreos de India se han convertido en la nueva norma, provocando represalias por parte de Pakistán. Así, una situación ya de por sí volátil se ha intensificado aún más, a niveles no vistos desde el conflicto de 2019.
Fuente: 20 Minutos