
Por Néstor R. Ramírez
(Los conceptos emitidos en este artículo son de la responsabilidad del autor)
No deseo entrar en pugnas sobre la doble moral de muchos periodistas, que en su fanatismo de grupo, obvian abundar sobre el tema que nos aqueja… y miramos para criticar y cuestionar las cosas negativas que afectan a los periodistas en otras dimensiones, en tanto que nuestra institución se desprestigia y cae en el mayor escarnio público.
Es decir, que mientras nuestra casa se quema…estamos apagando el rancho ajeno. Cómo es posible que mi colega Freddy Bautista, responda a un cuestionamiento hecho por un colega miembro del CDP, sobre la sentencia condenatoria de que fue objeto el Colegio Dominicano de Periodistas debido a una irresponsable acción de los dirigentes del grupo Marcelinista de arrendar los activos de una entidad que no es de ellos, ni que en una asamblea, órgano de mayor importancia del CDP, les dieran autorización para tales compromisos.
Ellos, los directivos del MMV, estén los más tranquilos como si nada haya pasado. Eso de que se está resolviendo entre las partes…es bochornoso. No es admisible. Por el solo hecho de que no se podía negociar con un patrimonio que pertenece a todos los periodistas colegiados.
El sólo hecho de «prestar» un área de las facilidades del edificio, sin previo aviso ni consultar a sus verdaderos dueños, los periodistas colegiados y mucho menos informar de dicha acción a los periodistas colegiados, es más que suficiente para que las personas que participaron en ese proceso sean expulsados sumariamente del CDP de por vida.
La moral y el prestigio de los periodistas está representado en el símbolo de la Casa Nacional de los Periodistas Dominicanos. La cual ha caído en el mayor descenso moral de todas las instituciones profesionales del país.