
Pueden afectar a la reproducción, la función tiroidea, el sistema inmunitario y dañar el hígado
SANTO DOMINGO, RD.- Según un informe de la firma de análisis de datos Report Linker, citado por GlobeNewswire, el consumo planetario del papel higiénico habría crecido de 16.620 millones de dólares en 2022 a 17.660 millones de dólares en 2023, y se estima que alcance los 21.910 millones de dólares para 2027.
Aunque tan solo un 30 % de la población mundial lo utiliza asiduamente, las cifras son astronómicas. QsSupplies da una idea aproximada de la envergadura de esta industria: China utiliza más de 4.000 millones de millas de papel higiénico cada año; un portugués medio utiliza 1.035 kilómetros a lo largo de su vida; y se necesitan 31,11 millones de árboles cada año para abastecer de ese rubro a EE.UU.
Estas estratosféricas cifras son el escenario en el que se enmarca el aviso de activistas y científicos sobre una gran preocupación: la presencia de sustancias tóxicas en esos rollos que, en muchos países, se han convertido en imprescindibles, como se demostró durante la pandemia de coronavirus, cuando sus ventas se dispararon.
Según una investigación desarrollada en 2023 por investigadores de la Universidad de Florida, publicada en la revista ‘Environmental Science & Technology Letters’, tras analizar 21 marcas de papel higiénico de América del Norte, América Central, América del Sur, Europa Occidental y África, se detectó la presencia de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, conocidas como PFAS.
«Nuestros resultados sugieren que el papel higiénico debería considerarse una fuente potencialmente importante de PFAS que ingresa a los sistemas de tratamiento de aguas residuales«, se lee en el resumen de la investigación.
¿Qué son los PFAS?
Los PFAS son una familia de sustancias químicas que abarcan a cerca de 4.700 compuestos diferentes. Se comercializaron en todo el mundo a partir de la década de 1940 y se usan en la fabricación de infinidad de productos, desde baterías de cocina a cajas de pizza o repelentes para manchas.
Según la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. «son sumamente persistentes en el medio ambiente y en el cuerpo humano», puesto que no se degradan, y pueden acumularse a lo largo del tiempo.
Existe evidencia de sus efectos perjudiciales para la salud humana, mientras que estudios en animales de laboratorio han arrojado que algunos de los agentes químicos de las PFAS pueden causar efectos adversos en los sistemas reproductivos e inmunitarios, en el desarrollo y en órganos como el hígado y los riñones. También causaron tumores en animales, así como perturbación de la hormona tiroides.
Hay diferentes maneras de exponerse a estos agentes químicos. Una de ellas es a través del agua potable, precisamente un medio que se puede ver contaminado por las ingentes cantidades de papel higiénico que se utiliza.
Al daño directo a la salud, se suma la preocupación medioambiental. Si bien los datos relacionados con el consumo de papel higiénico son pequeños en comparación con el papel utilizado para embalaje, los activistas llevan tiempo dando la voz de alarma sobre su contribución a la deforestación en todo el planeta.
Para disminuir su incidencia, una recomendación de los expertos es intentar reducir la cantidad utilizada diariamente o sustituirlo su consumo por otros medios, como el uso del bidé o de limpiezas basadas en agua.
Fuente: diario de salud