
Los trabajadores de fábricas textiles de Bangladés protagonizan manifestaciones para exigir se triplique el salario mínimo de ese sector clave en el país.
Los cuatro millones de laboristas de la industria, en su mayoría mujeres, denuncian las malas condiciones en que producen, con un pago mensual de 75 dólares.
Sin embargo, las 3500 empresas textiles de la nación representan alrededor del 85 por ciento de los 55 000 millones de dólares anuales de exportación.
Este sector es una industria clave de Bangladés, lo que lo convierte en el segundo país exportador mundial de ropa, solo superado por China, y trabaja para marcas occidentales como Gap, H&M y Levi Strauss.
“Si fabricamos ropa cara, por qué no pueden pagarnos un salario mejor”, se preguntan los manifestantes.
En ese sentido, los obreros exigen un aumento del salario a 208 dólares, casi tres veces más, para hacer frente al fuerte aumento del costo de la vida y mantener a sus familias.
Asimismo, los sindicatos plantean que diez años después de la tragedia del Rana Plaza, una fábrica textil que se derrumbó en Daca, en 2013, matando a más de 1100 trabajadores, los salarios y la seguridad mejoraron, pero los progresos son insuficientes.
Además de las fábricas cerradas, alrededor de cinco mil trabajadores bloquearon las carreteras de los barrios industriales de alrededor de la capital. A estos, los policías antidisturbios dispararon balas de goma, gases lacrimógenos y granadas ensordecedoras para dispersarlos.
Fuente TeleSUR