En plena escalada del conflicto en la guerra en Ucrania, Rusia ha comenzado a captar soldados en otros países, mientras descarta una segunda ola de movilización de sus ciudadanos para combatir en el frente. A los 11.000 militares norcoreanos que se encuentran luchando junto a las tropas rusas en las regiones fronterizas de Kursk y Bélgorod, se suman ahora cientos de yemeníes, reclutados por el Kremlin gracias a sus crecientes vínculos con el grupo rebelde de los hutíes.
El diario Financial Times cita el testimonio de algunos de estos yemeníes, viajaron a Rusia con ayuda de una empresa vinculada a los hutíes, bajo la promesa de un empleo con un salario alto e incluso la ciudadanía rusa. Sin embargo, a su llegada a ese país fueron reclutados a la fuerza en el Ejército ruso y enviados a combatir en Ucrania.
Esa colaboración de Moscú con sus aliados también se ve reflejada en el armamento que emplea para la guerra. Según informa la CNN, que cita fuentes militares ucranianas, en lo que va de año Rusia ha disparado unos 60 misiles norcoreanos KN-23 contra Ucrania, lo que representa casi uno de cada tres de los 194 misiles balísticos disparados este 2024. Además, dichas fuentes aseguran que estas armas norcoreanas logran funcionar gracias a los circuitos que han sido fabricados o diseñados en Estados Unidos y Europa, y que han sido obtenidos a pesar de las sanciones. «Todo lo que funciona para guiar el misil, para hacerlo volar, son todos componentes extranjeros. Toda la electrónica es extranjera. No hay nada coreano en ella», apunta a esta cadena estadounidense Andriy Kulchytskyi, jefe del Laboratorio de Investigación Militar del Instituto de Investigación Científica de Pericia Forense de Kiev.
En concreto, según un reciente informe de la Comisión Independiente Anticorrupción de Ucrania (NAKO), los componentes cruciales utilizados en los misiles norcoreanos son producidos por nueve fabricantes occidentales, incluidas empresas con sede en Estados Unidos, los Países Bajos y el Reino Unido. El documento señala además que algunas partes de los misiles KN-23/24 analizados se produjeron en 2023, lo que sugiere rapidez en la ruta de entrega a Corea del Norte.
Fuente 20 Minutos