El canciller austríaco, Karl Nehammer, elogió a Reino Unido como “pionero” en la externalización de procedimientos de asilo a lugares fuera de Europa, citando la legislación impulsada por Sunak para expulsar a Ruanda a personas solicitantes de protección en territorio británico.
La formación conservadora del canciller austríaco, Karl Nehammer, ha adoptado durante mucho tiempo una línea dura en materia de migración y enfrenta un fuerte desafío del ultraderechista Partido de la Libertad tanto en las elecciones parlamentarias, previstas para este otoño, como en las europeas de junio.
Nehammer dijo que Austria y el Reino Unido, que abandonó la Unión Europea en 2020, son «socios estratégicos cuando se trata de poder llevar a cabo procedimientos de asilo en terceros países seguros».
«El Reino Unido es un pionero en este camino, que también será importante para la Unión Europea», dijo en una conferencia de prensa conjunta con Sunak en Viena. «Con el modelo de Ruanda, es pionero para nosotros poder incluir también en la agenda de la Unión Europea los procedimientos de asilo en terceros países seguros».
Austria es uno de los 15 del bloque de 27 Estados miembros que pidieron la semana pasada más acuerdos con países de donde salen o viajan los migrantes para llegar a Europa. Ese llamamiento se produjo después de que los países de la UE respaldaran reformas radicales sobre el sistema de asilo del bloque.
A finales de abril, el Parlamento británico aprobó una legislación para deportar a algunos solicitantes de asilo a Ruanda, despejando el camino para el controvertido plan de Sunak, retratado por el propio mandatario como un «elemento disuasorio» destinado a reducir el flujo de personas que atraviesan de manera irregular el Canal de la Mancha, en una arriesgada travesía para llegar al Reino Unido.
Sunak, por su parte, reiteró que las autoridades deben «buscar nuevas ideas, soluciones y elementos disuasorios como el plan pionero del Reino Unido para Ruanda”.
Críticas de organizaciones internacionales y de derechos humanos
Organizaciones internacionales, activistas de derechos humanos y grupos de migrantes han prometido seguir luchando contra esta política, que consideran inhumana y contraria al derecho internacional y que tendrá un «impacto perjudicial» para la «protección de las personas refugiadas«. Los críticos también cuestionan que Ruanda sea un país seguro para las personas expulsadas, como defienden los promotores de la iniciativa.
Fuente Euronews