Primeras horas de tregua en el Líbano, entre Israel e Hizbulá. Una tregua bien acogida por la comunidad internacional y vista con cierta desconfianza sobre el terreno.
El Ejercito libanés comienza a tomar posiciones mientras su gobierno ha pedido a sus ciudadanos que esperen a que la tregua se complete para volver a sus casas.
Los coches cargados con colchones desfilan por las calles destrozadas de Beirut. La algarabía ha remplazado al sonido de la guerra y comienza el desplazamiento de miles de libaneses hacia sus lugares de origen.
«Aunque hayan destruido mi casa – dice un hombre- viviré en ella». Una mujer advierte al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que «son los israelies los que han perdido porque ellos podrán volver a casa, pero muchos de los secuestrados todavia no lo han hecho».
El primer ministro del libano, Najib Mikati, ha señalado que «hoy es un nuevo día, en el que esperamos que traiga consigo paz y estabilidad. En este día comienza el viaje de mil millas para reconstruir lo destruido y completar el fortalecimiento del papel de las instituciones legítimas, al frente de las cuales se encuentra el ejército, en el que depositamos grandes esperanzas para extender la autoridad del Estado a toda la zona del país».
Por su parte, el Ejército israelí mantendrá de momento su despliegue militar en el sur del Líbano, hasta que Hizbulá se repliegue por completo hacia el norte del país.
En las calles de Israel muchos ciudadanos claman contra el primer ministro porque el acuerdo no contempla la vuelta de los rehenes.
Son las primeras horas de tregua, con algunos conflictos aislados en el repliegue de Hizbulá y los soldados israelies.
Este acuerdo permitirá poner fin a una tragedia que ha costado la vida a cerca de 4.000 personas, así como el regreso a sus hogares de varios desplazados. Ha habido 60.000 desplazados en Israel y más de un millón en Líbano.
Fuente: Telemadrid