Por Melvinson Almánzar
El pasado 25 de septiembre, en voz de José Marte Piantini, presidente de la Junta de Aviación Civil (JAC), el gobierno dominicano anunció la supuesta eliminación del pago de 10 dólares a pasajeros aéreos dominicanos, por concepto de la llamada tarjeta de turista.
Según Marte Piantini dijo a la prensa con bombos y platillos, el impuesto se elimina con la Resolución 217-2022, donde la JAC instruye a los operadores aéreos para que realicen las adecuaciones necesarias en sus sistemas informáticos con el fin de que sea quitado el referido cargo. Nada menos consensuado y falso en la vida real.
El pasado día 31 de octubre, a ley de una semana para cumplirse los 45 días de plazo que otorgaba la resolución, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), solicitó una revisión de la medida. Sin oponerse a la eliminación, la IATA sugiere al gobierno crear un portal web que permita a los turistas pagar la tarjeta de turismo previo al viaje, dinero que iría directamente al Gobierno y liberaría a los pasajeros exentos del pago de la tasa.
A lo anterior Marte Piantini, con la prepotencia que le caracteriza, les respondió el pasado 7 de noviembre “que tienen un nuevo plazo hasta el 1 de marzo de 2023 para aplicar la medida y si pasado dicho plazo no cumplen, se sancionará a las compañías aéreas por inobservancia de la referida disposición, mientras tanto se mantendrá el mecanismo de devolución existente”.
Sin embargo, la IATA explica con alto sentido de raciocinio las limitaciones de los sistemas informáticos de las aerolíneas para diferenciar por nacionalidad y estatus de residencia a los pasajeros, lo que les impide dar el cumplimiento a la resolución (217-2022). Por lo que le hace una propuesta concreta al león de Marte Piantini sobre la creación del portal, pero este insiste en la demagogia de solucionarlo todo con anuncios de prensa rimbombantes y manipulados.
Peor aún, en un comunicado más reciente la IATA explica que encontrar una solución para todo el sector es extremadamente complejo, costoso, lento y contraria al principio de estándares globales de la industria. Afirman que discriminar la nacionalidad de un pasajero no tiene injerencia alguna al momento en que los clientes buscan tarifas, ni tampoco durante el proceso de compra. Por lo tanto, es injusto exigir que las aerolíneas tengan que encontrar, crear y aplicar una solución para un único país cuando existen procesos más simples y estándares para ello.
Está más que claro, que la decisión está basada en una bravuconería de Marte Piantini y en una nueva resolución demagógica, similar a la más reciente película de Chu Vásquez. Parece que el consenso no es la vía de algunos funcionarios, sino la imposición arbitraria para luego devolverse y parecer que escuchan al pueblo.
En 2017, la IATA daba explicaciones similares cuando se aprobó el proceso actual de cobro que está incluido en la emisión del boleto. Según una directiva de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), aun conociendo las limitaciones en los sistemas expuestos por las líneas aéreas en su momento el pasado gobierno le dio para adelante. Lo que conllevó a que los pasajeros tuvieran acceso a un proceso de reembolso –para aquellos exentos- por parte de las autoridades competentes.
Actualmente el mismo Marte Piantini, está aprobando rutas aéreas a diestra y siniestra como que son guaguas de concho y no aviones, pero vamos a partir de que nadie en la JAC está ganando beneficio particulares con tantas aprobaciones, sino que el país está en su mejor momento del turismo. Entonces con más razón la JAC debe usar mejor el consenso, cuidar su gallina de los huevos de oro y cuidar el turismo del país.
Según IATA, el carácter internacional del sector de los viajes depende en gran medida de la armonización de los parámetros para hacer frente a las normas impuestas por los gobiernos y autoridades en todo el mundo. Esto reduce la carga administrativa y las complejidades de cumplimiento para las aerolíneas, garantizan la liquidación precisa y rápida de los impuestos, tasas y cargos pertinentes y mejora la experiencia del cliente.
En el orden de lo anterior, la AITA cita en un comunicado reciente que hay muchos ejemplos de buenas prácticas en otros países con impuestos parecidos. Por ejemplo en Canadá: es necesaria la autorización electrónica de viaje para los pasajeros que visitan desde un país exento de visado, o los pasajeros que cumplen ciertos criterios basados en la residencia. Los pasajeros deben completar un formulario y efectuar un pago a través de un sitio oficial del Gobierno previo a su viaje. Explican que en Surinam, los pasajeros que viajen con fines turísticos deben pagar una cuota de entrada, en un sitio web y lo gestiona el gobierno.
En su comunicado más actual la IATA indica: “como industria, reconocemos que la situación actual es injusta para los ciudadanos dominicanos, los residentes extranjeros y otros pasajeros exentos. Sin embargo, este es un asunto que sólo puede resolver el Gobierno de la República Dominicana y no las aerolíneas”.
Siendo sensatos, luce más fácil que la DGII, la JAC, Migración, DGA, Mitur u otra entidad que se involucre puede resolver este tema de la tarjeta de turista, en vez de crear trastorno a unos 166 líneas aéreas que movieron pasajeros el mes pasado hacia RD y plataformas de búsqueda de viajes en el mundo, las cuales acceden y traen los valiosos turistas a República Dominicana.
Es bueno aclarar y lo hace la IATA en su comunicado, que es incorrecta la afirmación de la JAC de que están siguiendo las recomendaciones de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) para que el impuesto sea recaudado por las aerolíneas. El Documento 9082 de la OACI se refiere a las tasas por servicios a los pasajeros, que están diseñadas y aplicadas específicamente para recuperar los costos de proporcionar instalaciones y servicios para la aviación civil. En el caso de la recaudación de ingresos del gobierno nacional o local, es algo que debe hacer cada país a lo interno porque generalmente no se aplican esas cobranzas al día a día de la aviación civil.
No se trata simplemente de querer complacer con demagogia, politiquería y bravuconadas a la trabajadora y meritoria diáspora dominicana, sino de lograr armonizar los sectores para lograr que finalmente las cosas funcionen bien y beneficien a nuestros ciudadanos.
El país debe de cuidar su valor turístico, que se refleja en que al mes de octubre 2022, por primera vez en la historia el país recibe en los primeros 10 meses 5,826,078 turistas, que generaron más de 7 mil millones de dólares, a eso se suma que se han movilizado 12 millones 801 mil 967 pasajeros por nuestros aeropuertos, al mes de octubre. República Dominicana es el país de América Latina y el Caribe que mayor crecimiento muestra en el tráfico de pasajeros. Así lo reveló la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA).
¡Para que lo anotes!
La Tarjeta de Turista es una tasa impositiva que cobra la República Dominicana a sus visitantes. Tiene base legal en la Ley 199-67 que establece que su adquisición es un requisito para el ingreso al territorio nacional, con fines turísticos, sin necesidad de una visa consular. Actualmente su costo es de US$10.00 y su uso se limita a una sola entrada. La Tarjeta de Turista autoriza a los visitantes a permanecer en el país por un período máximo de 30 días. La Dirección General de Migración permite la extensión de este plazo mediante el pago de tasas por exceso de estadía o permanencia.
Están exentos del pago de Tarjetas de Turistas: Los ciudadanos dominicanos, los extranjeros residentes en República Dominicana, quienes dispongan un visado dominicano vigente, los funcionarios diplomáticos y consulares extranjeros acreditados en el país, mientras duren sus funciones y que ingresen en misión oficial. Visitantes que utilizan aviación privada no comercial, siempre y cuando el ingreso al país sea por motivos deportivos, recreativos, ejecutivos, turísticos y/o de negocios, y que la aeronave utilizadapara su transporte tenga un peso no mayora treinta mil libras (30,000) o capacidad de hasta un máximo de 12 pasajeros (Decreto no. 169-08), entre otras categorías que se pueden consultar en la DGII.
Para finalizar pedimos al presidente Abinader, con todo respeto, que delegue el manejo de la eliminación de esos 10 dólares a las estrellas de su gobierno, Collado, Yayo, Luis Valdez, Pereyra, entre otros. Porque sin duda, el loro viejo no aprende a parlar.