El expresidente tiene otro caso abierto de corrupción, para el que está citado a declarar el próximo 6 de enero
El expresidente francés (2207-2012) Nicolas Sarkozy ha sido condenado definitivamente por el Tribunal de Casación de París a un año de brazalete electrónico por corrupción y tráfico de influencias en el caso de las escuchas ‘Bismuth’. Sarkozy ha defendido su «total inocencia», ha calificado la decisión de «injusticia» y ha considerado que sus derechos han sido «pisoteados».
El expresidente había presentado recurso tras la sentencia que le condenaba a tres años de prisión, uno de ellos firme y conmutada a arresto domiciliario con brazalete electrónico, y tres años de inhabilitación para cargo público, pero este miércoles 18 de diciembre, el tribunal ha confirmado el fallo.
Esta decisión llega cuando Sarkozy también debe comparecer ante el tribunal de París en otro caso el próximo 6 de enero de 2025 por sospechas de financiación ilegal procedente de Libia de su campaña presidencial de 2007.
El abogado del expresidente francés ha anunciado momentos después de hacerse pública la sentencia que la recurrirá ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, al considerar que la condena de su cliente reposa «solo en conversaciones interceptadas» entre Sarkozy y su entonces letrado. «Es una sentencia contraria a la jurisprudencia del TEDH (…) Es cierto que es una derrota para Sarkozy, pero también para los derechos humanos».
El ex presidente podría perder la Legión de Honor. Según los estatutos de dicho distintivo, la exclusión es automática para “las personas condenadas por un delito (y) las condenadas a una pena de prisión no suspendida de un año o más”, como es el caso de Sakorzy.
Nicolas Sarkozy no es el primer presidente en ser condenado por la justicia, ya lo fue Jacques Chirac en 2011, pero sí que es el primer presidente en ser condenado por un delito llevado a cabo durante su legislatura, tratándose de un caso inédito en la historia del Palacio del Elíseo.
‘Caso Bismuth’
El conocido como «caso de las escuchas» llevó a Sarkozy a ser declarado culpable de haber establecido un pacto de corrupción con el exmagistrado Gilbert Azibert. Un acuerdo que consistía en que el magistrado le ofrecía información sobre el caso Bettencourt que entonces estaba en curso. A cambio, Sarkozy prometió a Azibert ayudarle para conseguir un puesto en Mónaco. El magistrado nunca obtuvo el cargo en Mónaco pero para la justicia la intención de cometer un acto de corrupción fue suficiente para condenarlo.
Sarkozy ya se prepara para su juicio en enero, aunque sus abogados han insinuado para varios medios franceses que «intentarán obtener un retraso para no perturbar el proceso ante el tribunal».
Fuente EL PERIÓICO