Pide ahora a los libaneses evacuar hasta el río Awali para «salvar sus vidas»
- El río Awali, más al norte que el Litani, delimita la nueva zona ‘segura’ para los civiles fijada por Israel.
- «FINUL no ha impedido la presencia de Hezbolá al sur del Litani», afirma el general de brigada Sánchez Tapia.
La guerra ha estallado en el sur del Líbano. Soldados de la 98ª División de paracaidistas y de la Séptima Brigada acorazada del Ejército de Israel, con apoyo de la Fuerza Aérea y de artillería, penetraron esta madrugada en territorio libanés en el comienzo de una ofensiva terrestre que persigue desarticular la infraestructura militar de Hezbolá.
Es la segunda fase de la operación Northern Arrows (flechas del norte), que arrancó hace dos semanas con una intensa campaña de bombardeos aéreos contra objetivos de Hezbolá en el Líbano y que preparó el terreno para la incursión terrestre, la misma estrategia utilizada hace casi un año en la Franja de Gaza.
La milicia chií ha respondido a la ofensiva terrestre con ataques con cohetes contra el norte de Israel, especialmente intensos en el área fronteriza de Metula, pero extensibles a toda la Alta Galilea, mientras trata de mantener sus posiciones al sur del Litani, donde ya se han registrado combates con el ejército israelí, que ha ordenado a la población civil evacuar la zona.
«Las actividades de Hezbolá obligan a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) a actuar en su contra. Las FDI no quieren hacerles daño y, por su seguridad, deben evacuar sus hogares inmediatamente. Cualquiera que esté cerca de miembros, instalaciones y medios de combate de Hezbolá pone su vida en peligro. Se espera que cualquier casa utilizada por Hezbolá para sus necesidades militares sea un objetivo», ha sido el mensaje difundido en árabe por el ejército hebreo, dirigido a la población civil del sur del Líbano.
Israel trata de reeditar la Operación Litani de 1978, cuando los soldados israelís invadieron el sur del Líbano hasta el río Litani para desmantelar la infraestructura islamista asentada en la zona. Aquella incursión terrestre consiguió expulsar al norte del Litani a las milicias de la OLP, creando una franja de seguridad de unos 30 kilómetros en la frontera entre Israel y el Líbano. La ofensiva duró apenas una semana, aunque las tropas israelís permanecieron tres meses al sur del Litani hasta completar su retirada.
En esta ocasión, sin embargo, Israel podría ir aún más allá del Litani, ya que ha pedido a la ciudadanía que busque refugio al norte del río Awali, que se encuentra 30 kilómetros por encima del Litani. «Deben ir inmediatamente al norte del río Awali, salven sus vidas y evacúen sus hogares inmediatamente. Tienen prohibido ir al sur. Cualquier dirección hacia el sur puede poner en peligro su vida. Les informaremos del momento seguro para regresar a sus hogares», ha indicado el portavoz del ejército israelí para los medios árabes, coronel Avichay Adraee.
Esta nueva línea de seguridad delimitada por el ejército israelí es especialmente relevante porque se encuentra por encima de la ciudad de Sidón, cuya área metropolitana es la tercera más poblada del Líbano, con más de un cuarto de millón de habitantes.
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El fracaso de la misión de la ONU en el sur del Líbano
La Operación Litani del 78 concluyó con el despliegue de la misión interina de Naciones Unidas (FINUL), un contingente internacional que permanece a día de hoy al sur del Litani con el mandato de restablecer la paz y la seguridad en la zona. Sin embargo, las tropas de la ONU no han logrado el objetivo a lo largo de estos 46 años, pues la ofensiva terrestre lanzada este martes por Israel es la tercera desde que se desplegó FINUL, tras las invasiones de 1982 (primera guerra del Líbano) y 2006 (segunda guerra del Líbano).
Ante esta nueva ofensiva israelí, Naciones Unidas ha suspendido la actividad de FINUL debido al incremento de la intensidad de los combates. «Los cascos azules se mantienen en posición en la zona de responsabilidad de la misión, aunque la intensidad de los combates impide sus movimientos y su capacidad para llevar a cabo sus tareas», ha explicado Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres.
Los 650 miliares españoles que forman parte de FINUL han pasado la noche refugiados en los búnkeres de la base Miguel de Cervantes de Marjayún, en el sector Este, y se encuentra bien, según han confirmado fuentes de Defensa.
«FINUL no ha podido desarrollar su trabajo»
«La misión de la ONU no ha sido capaz de impedir la presencia de Hezbolá al sur del río Litani. No echo la culpa a los militares desplegados porque yo mismo mandé un grupo táctico en el Líbano y he sido uno de ellos, pero ha habido una serie de circunstancias, entre ellas la falta de voluntad política, que le han impedido desarrollar su trabajo con éxito», explica el general de brigada del Ejército español, Salvador Sánchez Tapia.
«Israel tiene una mala experiencia en la ocupación del Líbano y no tiene ningún interés en permanecer allí, pero de vez en cuando tiene que entrar porque el problema que le plantea Hezbolá es significativo. La situación había llegado a un punto en el que había tenido que evacuar parte de Galilea para proteger a su población», añade el general de Brigada.
La incursión israelí también ha obligado al ejército libanés a replegarse hacia el norte, aunque ha negado que se haya retirado completamente de la franja entre el Litani y la Línea Azul (frontera con Israel). «Las unidades militares desplegadas en el sur están reposicionando ciertos puestos avanzados de observación dentro sus áreas designadas de responsabilidad. La comandancia continúa cooperando y coordinándose con la misión interina de la ONU en el Líbano (FINUL)», ha trasladado este martes en un comunicado.
En cualquier caso, el ejército libanés no va a entrar en combate con las tropas israelís porque, entre otras cosas, no tiene capacidad para ello, explica Francisco Gan Pampols, teniente general del Ejército español: «Israel no está en guerra con el Líbano y se esfuerza continuamente en explicar que no se está enfrentando al ejército libanés, sino a Hezbolá y a toda su infraestructura militar. Para el Líbano también sería un suicidio atacar a Israel porque su ejército no tiene la capacidad mínima para ello».
No obstante, Sánchez Tapia subraya que «Hezbolá es bastante más poderosa que Hamás» y, por lo tanto, un enemigo más complejo para Israel. «Tiene armamento mucho más sofisticado y un importante arraigo entre la población chiíta del Líbano. Es un poder muy considerable y encima apoyado directamente por Irán», sostiene el general de brigada.